En los tiempos que corren la educación y el trabajo del docente cada vez es un reto más complicado.
El educador es facilitador, guía y acompañante en el aprendizaje y el desarrollo del niñ@. Nuestro objetivo es que el alumnado disfrute de su aprendizaje, explore su alegría y su libertad, en un entorno seguro y sin prisas, ya que el niñ@ es el protagonista de su propio aprendizaje, el cuál está motivado por su curiosidad y sus ganas de explorar, desde la etapa de infantil sobre todo de los 3 a los 6 años y en espacios abiertos sin distracciones que les generen estímulos que no sean propios del entorno.
Pero esto cada vez es más complicado llevarlo a cabo. Vamos por partes:
El juego es un material educativo y un mero soporte para el buen desarrollo del niñ@, simplemente, es una ayuda para generar invención y curiosidad en ell@s. Es la actividad por excelencia mediante la que aprenden movidos por el asombro y la curiosidad. Algunos estudios confirman que el tiempo de juego sin demasiadas estructuras es fundamental para que el niñ@ pueda desarrollar la capacidad de resolución de problemas, para fomentar la creatividad y para desarrollar su capacidad de mantener la atención. (Aquí podréis leer el estudio tan interesante que hicieron) https://pediatrics.aappublications.org/content/129/1/e204
por eso el motor de los niñ@s es su CURIOSIDAD, realmente es el mecanismo que mantiene un aprendizaje auténtico.
Hoy en día el juego libre del que hablamos cada vez está mas escondido y olvidado tras las pantallas, los videojuegos, las películas y ambientes demasiado estructurados que facilitan el ritmo frenético de las familias, pero que en muchos casos empeoran sin darnos cuenta el desarrollo de los niñ@s.
Todos estos niñ@s que están embaucados por los dispositivos de los que os he hablado o se encuentran en ambientes estructurados llenos de juguetes y más juguetes, que no dan pie a la imaginación ni a la curiosidad, porque no les damos la oportunidad ni de desearlo.
Simplemente les rodean niveles altos de estímulos, que con el tiempo y tras varios estudios se ha comprobado que esta abundancia satura los sentidos y bloquea el deseo.
Esto se ve reflejado en las aulas, en su aprendizaje y en su poco interés por cualquier actividad que el docente les expone en clase. Ya que parece que todo para ell@s es poco, o no es tan interesante como lo que ya conocen.
Por eso, menos es más, no hace falta mucho para que estos pequeñ@ que realmente está lleno de ilusión, alegría, y curiosidad por aprender y por conocer el mundo puedan desarrollar sus capacidades.
Hagamos la prueba, dejémosles libres en la naturaleza, sin juguetes, ni bicicletas, monopatines, balones, pantallas, etc. … y descubriréis en que nivel está vuestro pequeñ@. Si sabe divertirse y jugar sin todo lo que os he comentado, será buena señal.
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